Masturbarnos juntos

Me gusta imaginarte frente a mí, sin ropa, con la respiración agitada y los ojos clavados en los míos. No hay pudor, solo ganas.
Tu mano explora tu cuerpo mientras la mía hace lo mismo, sincronizando el ritmo, compartiendo el calor.
El sonido de tu placer me enciende, me provoca, me arrastra.

Nos tocamos sin tocarnos, y aun así siento que estamos más cerca que nunca.
Cada gemido tuyo es un regalo, cada movimiento una invitación a ir más lejos.
No existe afuera, no existe el tiempo: solo este momento en el que nos dejamos llevar, sin frenos, sin miedo, sin nada más que el deseo de vernos, de sentirnos, de corrernos juntos.