¿Te apetece tener una conversación subida de tono?

Cierra los ojos por un momento… Imagina que no hay límites, que cada palabra que sale de mis labios se convierte en un roce sobre tu piel. ¿Te gusta? Porque lo que tengo en mente no es una charla cualquiera.

Quiero hablarte despacio, al oído, mientras te describo lo que haría si estuvieras aquí. Palabra por palabra, te llevaría al borde. Te contaría cómo mis dedos trazarían el mapa de tu cuerpo, cómo mi boca exploraría cada rincón con una mezcla de ternura y hambre.

No hay prisa. En esta conversación, el deseo manda. Las frases se alargan como caricias, los silencios pesan más que los gemidos, y tú solo tienes que dejarte llevar.

Porque a veces, hablar de placer puede ser tan excitante como sentirlo.

Dime… ¿hasta dónde quieres que llegue?